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La comarca de Busturialdea espera la llegada de un carguero para paliar la escasez de agua: “No podemos ni tirar de la cadena del váter por las noches”

Un barco cisterna del Consorcio de Aguas abastecerá el suministro de 16 municipios vizcaínos

Iker Vega
El buque 'Dutch spirit' en el puerto de Bermeo, este martes.
El buque 'Dutch spirit' en el puerto de Bermeo, este martes.Javier Hernández

Maite Ursua, de 68 años, apenas puede utilizar el inodoro de su casa por la noche. “La cisterna tarda media hora en llenarse”, cuenta mientras desayuna con su hija y un amigo de la familia en un bar del puerto de la localidad vizcaína de Bermeo, la más poblada de los 16 municipios afectados por la sequía en la comarca de Busturialdea, que aglutina 44.560 vecinos en total. El Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia (CABB), responsable del suministro de agua en la zona, ha reducido la potencia del caudal durante la madrugada —de doce a seis— ante la escasez de agua en el sistema. Las restricciones han dejado varias zonas sin potencia suficiente para ducharse o lavarse las manos.

Como medida excepcional, el Consorcio de Aguas ha decidido utilizar un barco cisterna para transportar el agua hasta Bermeo y, desde ahí, introducirla en el sistema. El buque, con una capacidad máxima de cuatro millones de litros, transportará una media diaria de alrededor de los dos millones de litros. Está previsto que el suministro comience en los próximos días, aunque fuentes del Consorcio de Aguas han asegurado que el barco no está listo y sigue en pruebas: “Nunca antes se había transportado agua así, hemos tenido que construir tuberías para poder suministrar el agua al sistema”. Dichas fuentes explican que no hay una fecha exacta para el inicio del abastecimiento y que este dependerá, además, de cuánta agua dejen las precipitaciones esta semana.

A pesar de que los embalses de Bizkaia se encuentran al 70% —más llenos que el verano pasado—, las medidas han sido necesarias porque la comarca de Busturialdea ha mantenido una gestión autónoma de sus aguas, al margen del resto de la provincia, hasta que el pasado enero el CABB se hizo cargo de su gestión. Por ello, la solución “definitiva” —según el Consorcio— y que está incluida en el plan de inversiones de los próximos tres años, será la unión de Busturialdea al sistema de embalses de Zadorra, que suministra agua dulce al resto de Bizkaia y a gran parte del País Vasco.

A pocos kilómetros del sur de Bermeo, en Pedernales, el Ayuntamiento ha cortado el regadío de todo el municipio. Las zonas verdes que servían de reposo en temporada estival ahora lucen secas y amarillentas. Fidel García tiene 55 años y lleva 12 viviendo en el pueblo. “Esto siempre había estado más verde que los cocodrilos. Da pena verlo así”, afirma con tristeza. El agua de las duchas de las playas también se ha cortado. Pero la medida no es una excepción de Pedernales. La mayoría de los municipios afectados por la sequía en Busturialdea han adoptado la misma decisión. Las fuentes han corrido la misma suerte. En el pequeño pueblo, solo uno de los caños se mantiene en funcionamiento, en el centro de la plaza. Los 16 municipios afectados por las restricciones son, además de Bermeo, Ajangiz, Arratzu, Busturia, Ea, Elantxobe, Gernika-Lumo, Forua, Gautegiz-Arteaga, Ibarrangelua, Kortezubi, Mendata, Mundaka, Murueta, Muxika y Pedernales.

Una mujer lava un tomate en Gernika, durante la fiesta de San Roque.
Una mujer lava un tomate en Gernika, durante la fiesta de San Roque.Javier Hernández
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Nadia Morlesin, de 22 años, trabaja en el bar de la playa de Pedernales, pero no reside en el pueblo, sino que vive a escasos 10 kilómetros, en Gernika. Allí asegura haberse percatado también de la reducción en la potencia del agua: “Esto lo notamos los que hacemos vida por la noche o volvemos tarde de trabajar”. Hace pocos días, su compañera de piso no pudo ducharse al volver a casa tras finalizar su jornada laboral. La hija de Ursua también trabaja hasta tarde y coincide con Morlesin en que las restricciones afectan sobre todo a comercios nocturnos y a quienes faenan hasta tarde o muy temprano. “Mi pareja se levanta a las cinco y a esa hora la potencia es totalmente insuficiente para ducharse”. Estas restricciones también afectan al uso de los electrodomésticos que emplean grandes cantidades de agua como las lavadoras o los lavaplatos. “Olvídate de ponerte a limpiar nada por la noche, que es la hora a la que nos sale más barato”, dice la hija de Ursua.

Sin embargo, en el caso de Bermeo, la pronunciada pendiente del pueblo hace que la presión sea mucho menor en los hogares situados en la parte alta del municipio. “A nosotros nos llega muy poca [agua]. No me quiero imaginar a las zonas elevadas”, apunta Ursua. Pero también hay ciudadanos que apenas han notado un cambio con respecto a antes de las restricciones durante la madrugada. “Sabemos que han cortado algunas fuentes y han pedido que intentemos limitar el uso de agua, pero yo no tengo problema ninguno”, asegura Izaro González de Audikana, de 38 años, que regenta una pequeña floristería al lado del mercadillo del pueblo.

A la ausencia de lluvia se suma que el calor del verano está siendo sofocante para los residentes habituales de la comarca. “No había visto estas temperaturas en mi vida”, se queja Ursua, que presume de ser “bermeana de generación”, y afirma, ante dicha categoría, que es la sequía más grave que ha vivido Bermeo desde hace 40 años. “Aquí siempre llueve y este año no ha caído nada”. “Esto parece Benidorm”, apostilla su hija. Desde Pedernales, García, ataviado con un sombrero para protegerse del sol que luce desde hace semanas, coincide: “Aquí ya no llueve”.

El jardin totalmente seco de un parque de Pedernales.
El jardin totalmente seco de un parque de Pedernales. Javier Hernández


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